Hace poco en un congreso sobre inteligencia artificial y láser, me encargaron una charla sobre cómo imaginamos el futuro del láser en dermatología desde una clínica como Heira Dermatología, especializada en tecnologías lumínicas, y la pregunta iba especialmente centrada hacia el resurfacing.
La respuesta, como ocurre cada vez más en medicina, se puede resumir en una palabra: datos. Si hace años que la ciencia es la nueva religión, los datos son sus sagradas escrituras.
¿Qué estamos empezando a ver y qué esperamos que se consolide?
1. Optimización previa al tratamiento
Evaluación digital de la piel, mapeo preciso y elección de tecnologías combinadas basadas en IA. No se trata ya de elegir un solo láser, sino de diseñar el mejor protocolo posible con las herramientas disponibles.
2. Precisión dinámica
Dispositivos que ajustan en tiempo real los parámetros según el feedback tisular: densidad, profundidad, energía por punto, duración del pulso…
3. Velocidad y seguridad
Equipos más rápidos, con menos downtime (tiempo de baja social o recuperación) y menor riesgoasociado a una exposición térmica prolongada.
4. Personalización predictiva
Algoritmos que estiman el resultado esperado según el tipo de piel, historial, objetivos estéticos y tolerancia individual al tratamiento.
5. Automatización parcial
Plataformas robotizadas para zonas amplias o difíciles, con patrones geométricos optimizados. No es ciencia ficción: ya hay láseres que hacen “auto-track”.
6. Balance ciencia-recuperación
El paciente ya no quiere sólo eficacia: busca resultados visibles, mínimos días de baja y un proceso guiado. Y aquí entra el seguimiento digital personalizado, los datos agregados y el machine learning.
Todo esto, permitirá democratizar el láser, de hecho, se espera un incremento de tratamientos con dispositivos médicos en el próximo año de entre un 29 y un 38% respecto al anterior. Esto se debe en parte al incremento de la oferta de equipos y centros estéticos (un abanico bastante amplio como para considerarlo todo similar), y al aumento creciente de la demanda. La sociedad quiere más tratamientos, menos invasivos, más naturales y con ningún tiempo de recuperación. Detrás viene una industria voraz, ávida de vender equipos a cualquiera, y por tanto de hacerlos más fáciles de utilizar, más seguros y más generalizables.
Pienso que, en un mundo enfocado a la personotecnia, y en este caso a la medicina personalizada habrá una divergencia entre equipos más básicos y accesibles, y equipos más premium y personalizables. Es ahí donde tendrá cabida este avance, y donde se seguirá, por el momento al menos, precisando de un médico experto en la indicación (es decir, en cuando procede y cuando no realizar qué tratamientos), con máquinas modernas que den feedback intra-tratamiento (tratamientos más seguros y precisos) realizados por ese mismo médico, que seguirá teniendo que aportar esa artesanía en la ejecución.
En Heira, trabajamos ya con algoritmos de análisis cutáneo y personalización de tratamientos, pero a día de hoy seguimos formándonos, teniendo la mejor tecnología puntera a nuestra disposición y trabajando a la vanguardiade la técnica
El láser del futuro no es más potente, es más inteligente… Esperemos que tu médico también.