Cicatrices

¿Por qué
surgen?

Las cicatrices habitualmente surgen como respuesta a un traumatismo (entre ellos, la cirugía, las heridas y las quemaduras) o inflamación excesiva como el caso de las cicatrices de acné, pero también pueden ocurrir espontáneamente, sobre todo los queloides. Su tratamiento dependerá de su diagnóstico y su fase evolutiva.  

Cicatrices hipertróficas

Las cicatrices hipertróficas son cicatrices redundantes o excesivas, abultadas, que están confinadas a la zona cicatricial original, mientras que los queloides son verdaderos tumores benignos que rebasan la cicatriz original, o incluso, surgen espontáneamente.
El tratamiento va encaminado a detener el crecimiento, aplanar la cicatriz y a re-texturizar la piel mejorando su apariencia global.

Para tratarlas se suelen emplear sustancias inyectadas o liberadas con ayuda de láseres fraccionados (laser assisted drug delivery o LADD) como el 5-FU, el acetónico de triamcinolona o la bleomicina. Y también los láseres, especialmente el láser vascular para detener la inflamación y la proliferación, y el láser fraccionado (especialmente de CO2) para dirigir el remodelado dérmico.

Cicatrices atróficas

Las cicatrices atróficas son cicatrices deprimidas que requieren para su tratamiento una estimulación de colágeno o un relleno dérmico para conseguir ponerlas al mismo nivel que la piel de alrededor. El paradigma de este tipo de cicatrices son las cicatrices de acné. El otro ejemplo muy frecuente que tratamos de cicatrices atróficas son las estrías.
Para su tratamiento más eficaz a largo plazo se utilizan láseres fraccionados, mientras tanto o durante el proceso, o como solución a corto plazo, se pueden emplear rellenos como el ácido hialurónico o los estimuladores del colágeno.

Cicatrices de acné

Las cicatrices de acné pueden producirse por exceso de cicatricación (hipertróficas o queloides) o por defecto (cicatrices atróficas, que están deprimidas). Dentro de estos dos grupos, hay varios subtipos de cicatriz, que tienen sus matices en cuanto al tratamiento.
A grandes rasgos, las hipetróficas o queloides se tratan habitualmente con fuentes de energía encaminadas a mejorar su textura (láser CO2 en modos “fríos”, radiofrecuencia fraccionada ablativa, láser fraccionado no ablativo…) y métodos para disminuir su volumen (infiltraciones de diversos principios activos).

Las atróficas, generalmente se tratan combinando peelings químicos, fuentes de luz, rellenos y cirugía.
Los peelings son fundamentalmente de ácido salicílico o glicólico, si es más queratósico; o ácido tricoloroacético si son más atróficas.
En cuanto a fuentes de luz, empleamos métodos encaminados a aumentar el colágeno, que serían láser de CO2 (ablativo puro o fraccionado), radiofrecuencia (ablativa con microagujas especialmente), endoláser (láser de fibra), láser fraccionado no ablativo (Erbium-glass, sobre todo si se busca una recuperación más rápida), láser fraccionado de picosegundos (también para una recuperación rápida y aportando otro mecanismo de acción) o terapia fotobiodinámica (Kleresca, sobre todo cuando hay acné activo) o láser vascular/IPL (para el eritema del acné).

Respecto a los rellenos, se pueden utilizar ácido hialurónico, hidroxiapatita de calcio o ácido poliláctico. Se pueden incluso combinar buscando síntesis de colágeno y relleno inmediato de la cicatriz. Suponen un método eficaz y rápido, pero habitualmente más temporal. Además, podemos emplear plasma rico en plaquetas (PRP), cuyo efecto ha demostrado ser beneficioso, especialmente en combinación con láser.

Por último, en cuanto a la cirugía, se pueden intervenir de forma externa y directa las cicatrices extirpándolas o elevándolas con bisturí circular, y también, en muchos casos empleamos cirugía subcutánea con cánulas o agujas especiales o con láser intersticial (endoláser de fibra de 1470nm), para hacer subcisión de las cicatrices adheridas. Además, podríamos emplear microneedling (popularmente conocido como vampiro facial), un tratamiento que podría utilizarse también en combinación con los anteriores o con principios activos para su penetración en dermis (igual que los láseres fraccionados).